domingo, 15 de noviembre de 2009

h c a p r p y


Diane Arbus, Untitled, 1970.


Hace unos días vi a una persona llorando al medio de un parque, uno quizás por más voyerismo que por compasión mira y mira, pero y ¿qué se saca con eso? y si me hubiese acercado a preguntarle qué le pasaba, hubiese cambiado en algo. Personalmente cuando lloro, prefiero que no me vean, por ello creo que si llego a crear un nuevo Mapocho salado, no me gustaría que nadie me viera en aquel estado. "Los hombres no lloran" o "¿Qué sacas con llorar" ambas frases requeteclichés, por lo menos para mí, las escuchaba una y otra vez cuando era un frutosecobebe. Uno se acostumbra a llorar poco o nada, y sinceramente creo que es terrible, llorar es un gran descanso para el cuerpo, es como irte a Las Bahamas o algo así, liberas toda la tensión y pena acumulada... ¿y si no la liberas nunca?



--







3 comentarios:

  1. es dificil ser un fruto seco y llorar, es casi como ser un fruto jugoso y no soltar una lagrima.

    Me acuerdo de esa mujer que lloraba bajo el arbol.

    ResponderEliminar
  2. personalmente a mi tampoco me gusta llorar en publico pero muchas veces pasan cosas que uno no se espera y que te hacen perder la calma y sin querer te pillas explotando frente a todos.
    Es vergonzoso... pero si uno pudiera controlar esos sentimientos la vida seria mucho mas fácil ¿¿no??

    ResponderEliminar